25 de junio de 2010

El vestido azul.

Él memorizaba en el tren las frases de la novela que tanto le gustaba a ella. No veía el momento de llegar a su casa y decirle cuanto la quería y lo mucho que la había echado de menos. Habían sido diez meses terribles en los que solo le consolaba mirar las fotos de su primer verano con ella. Bajó del tren nervioso y desorientado. Llegó a su casa, guiado mas por su corazón que por el mapa. Le gustaba darle sorpresas y decidió hacerse pasar por el cartero para entrar en su portal. En frente de su puerta sintió como su corazón intentaba salirse de su pecho y, temblando, toco a su timbre. En el rellano se podía escuchar la música que salida de su casa: She's just a small town girl, living in a lonely world. She took the midnight train going anywhere… Descalza y despeinada abrió la puerta y se lanzó a él. Había crecido en estos diez meses y el sol había comenzado a broncear su piel pálida. Pero seguía teniendo esos labios rosados que le invitaban a pasar tardes enteras entre besos y abrazos. Llevaba el vestido azul y las uñas pintadas de rosa. Su cintura estaba mas marcada de lo que recordaba. Pronto se le olvidó todo lo que había memorizado. No les dio tiempo a decirse nada porque entre besos y caricias el vestido azul pasó a adornar el suelo del salón y su camisa se desprendió de su cuerpo rápidamente.

Al fin y al cabo era el primer día de verano y sus padres no estaban en casa.

4 comentarios:

  1. Que gozada... me encantaría escribir así.

    ResponderEliminar
  2. Bonito texto, me ha gustado mucho :)
    He llegado hasta aquí desde el sofá de Estrógena, y seguramente vuelva a visitarte :)

    un saludo

    ResponderEliminar
  3. Me alegro de que te haya gustado el post con tu palabra, sin palabras no existirían los posts, sin vosotros no existiría el sofá, así que gracias por duplicado. Espero tenerte en el sofá durante mucho tiempo. Un abrazo guapa!!

    ResponderEliminar